martes, 30 de junio de 2015

las verdaderas víctimas no suelen quejarse

“las verdaderas víctimas no suelen quejarse: están demasiado ocupadas curando sus heridas”


¿Cuántos de nosotros nos hemos visto atrapados por determinadas personalidades que nos han amargado la existencia en la oficina? Con razón o sin ella, sólo sabemos que nos agotan y que nos absorben la energía.
Son tantas las veces que nos hemos quejado del comportamiento de nuestros compañeros de trabajo, que nos va a ocupar más de un post analizar este tema. 
 “Algunos tienen tan baja su autoestima y se sienten tan deprimidos que para subir su estado de ánimo son capaces de absorber la alegría de la gente que lo rodea”  

Bernardo Stamateas, autor del libro Gente Tóxica. Precisamente de este psicólogo, extrae una tipología de personas tóxicas; donde de todos los perfiles que enumera en su libro los que más me molestan son:
Quejica victimista “como los neuróticos, el llorón profesional no hace nada por salir de la miseria”
  • Se la pasa demandando
  • Se queja por todo
  • Siente que permanentemente tiene mala suerte
  • Culpa a los que les rodean de su infortunio
  • Su discurso es negativo y/o derrotista
  • Traslada la responsabilidad de lo que pasa en su vida a los demás
  • Utiliza a menudo su drama como reclamo de la atención y compasión de los demás (Ej. Vivo Lejos)
  • Se encierra aún más en su victimismo cuando los demás no le siguen el juego; se siente incomprendido
  • Se siente rodeado de injusticias
  • y además se muestras excesivamente nervioso, impaciente, protestón, ansioso y consumista…

Creo que deberíamos meter el dedo en la herida de esos profesionales Tóxicos o como los llamo yo vampiros de las buenas vibraciones.
Por lo menos espero que cuando lean este post piensen si están haciendo todo que está a su alcance para ser el mejor profesional que puede ser
  • Por encima de todo, que usen mejor su energía….
  • Reclamen menos…
  • Ejecute más….
  • Seguramente los resultados vendrán por si solos.
  • Puede ser que hasta más rápido de que uno espera. 

Ejemplo el otro día charlando con uno de mis compañeros sobre la Copa América,  el mismo reclamo y llego a enojarse que los jugadores de futebol ganaban mucho dinero y no le parecía justo.
Entonces le hice la siguiente pregunta:

Cuantas personas miran el trabajo de ellos? Y el tuyo? 

Luego le cerré el punto con el dicho, “quien no es visto no es recordado”. Y que en el mundo de hoy ser un profesional reconocido es mucho más fácil que antes.
Potenciarse a nivel profesional usando Facebook, Linkedin, Twitter, GooglePlus entre otros servicios para aumentar su red de contactos y a su vez aumentar su reconocimiento y oportunidades. El proceso es lento, pero simples y funciona. “Simples no fácil”

Luego le pregunte: ¿cuánto de su conocimiento él ponía en práctica actualmente?
¿Cuantos cursos hiciste en el último año?
¿Cuánto de ese conocimiento pusiste en práctica?

Un estudio famoso sugirió que 10 mil horas de práctica son suficiente para que uno se transforme en maestro de cualquier cosa, igualmente existe cuestionamiento a este estudio. Pero la importancia de poner en práctica el conocimiento es innegable.

Estudiar genera mejores resultados cuando practicamos lo que aprendemos.
Por lo tanto no se quede solo con la teoría.
Hoy en día con el mundo Cloud, virtualización es mucho más fácil armar laboratorios etc….
Busca siempre realizar cursos alineados con sus necesidades profesionales y personales.

Luego de la charla mi compañero comento  “tú lo ves muy fácil”, “Pero no es tan sencillo”… No lo tendré en cuenta lo que decís ya que vos hablas desde tu comodidad y posición.

Donde le conté un cuento conocido en la técnica de coaching llamado “No le ha de doler tanto”

Resulta que Un hombre entró en una ferretería. Junto al mostrador había un perro tumbado que lloriqueaba de vez en cuando. El hombre le preguntó al tendero:
¿Qué es lo que le pasa al perro que anda quejándose?
R: Nada que está echado sobre un clavo y le duele al moverse…
Y ¿por qué no lo suelta para que pueda ponerse en otro sitio?
R: El perro no tiene correa señor… – Respondió el tendero
Y entonces ¿por qué no se mueve de ahí?
R: Pues yo creo que, le molesta lo suficiente como para quejarse pero no lo necesario como para cambiar de lugar

¿Y Ustedes díganme, con qué están cómodos? ¿Cuál es su clavo? eso que les duele pero no quieren cambiar, no quieres moverte de lugar.

1 comentario:

  1. muy bueno, para entender el entorno y entendernos, gracias por el aporte.

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